El rack Lazo, diseñado por el estudio Sámago, fue galardonado en el Salão Design bajo la categoría profesional con el desafío “uso de paneles”.
El Salão Design se mantiene como uno de los grandes reconocimientos del diseño de mobiliario a nivel de América Latina. Fue creado en 1988 por el Sindicato de las Industrias del Mobiliario de Bento Gonçalves (Sindmóveis) y hoy continúa vigente como vitrina del diseño hacia el mundo.
En el marco de la reciente premiación del estudio uruguayo Sámago, conversamos con sus directores, Ernesto Fasano y Pablo Jaime, sobre las particularidades de Lazo y su visión del mercado Brasileño para los diseñadores uruguayos.
¿Cómo surge la idea de crear el rack? ¿Fue pensando en el concurso?
Explorando las opciones de uso y diseño que permite el Valchromat, material que representamos en exclusividad para Uruguay y Argentina, descubrimos que era especialmente apto para la técnica del kerfing (extracción de masa del material para permitir la curvatura de la pieza).
Partiendo de la premisa de diseñar con esta técnica y en dicho material, nos propusimos desarrollar una línea de mobiliario flexible en su uso y concepto.
No fue pensado para el concurso, aunque coincidió que el diseño se terminó de ajustar semanas antes de su apertura. Cuando leímos las bases, nos pareció ideal para competir en la categoría “Desafio do uso do painel”, parecía creada para nosotros.
Conjugamos el uso de un nuevo material innovador, placa de fibras de madera de alta densidad coloreado en masa, con una técnica que se potenciaba en este material.
¿Qué hace particular al Rack Lazo?
El curvado de sus superficies continuas le confiere la fluidez de un lazo y la permeabilidad deja entrever el contraste de la madera de Haya utilizada como estructura de soporte del producto.
A su vez, el acceso al interior del mueble mediante superficies flexibles e imantadas, generan una experiencia de apertura diferente desplegándose ante el usuario.
Es un producto que no tiene frente ni fondo, lo cual lo libera y le permite cualquier posicionamiento en el hogar, aumentando sus posibles funciones. Es una pieza de diseño pensada para ser protagonista del espacio que integre.
Desde hace años diseñadores uruguayos son finalistas y premiados en el Salão Design. ¿Es estratégica la participación allí?
La participación en concursos internacionales es fundamental para la validación del diseño nacional. No importa cuál sea el concurso, cuanto más y más variados mejor.
Entendemos que ser evaluados por jurados con diferente cultura, idiosincrasia, con una mirada más cosmopolita sobre el diseño, permite saber si se está en el universo del diseño contemporáneo mundial, si tus productos pueden adaptarse al mercado global.
El Salão Design, particularmente permite exponerse al mercado brasileño, que además de gigante es muy cercano a nosotros, por lo que estratégicamente se vuelve muy tentador y escalable.
En nuestra experiencia, aún no hemos podido concretar ventas en Brasil, aunque quedamos finalistas en varias oportunidades, esta es la primera vez que ganamos un primer premio en el Salão, lo cual esperamos que genere nuevas oportunidades de negocio.
¿Creen que el diseño uruguayo es competitivo en el mercado brasileño? ¿Por qué?
Entiendo que sí, en base a la experiencia de estos años, de los premios y menciones obtenidos por varios de nuestros colegas que, además, ya comercializan en Brasil.
El diseño de mobiliario uruguayo se está abriendo camino en el mundo. Aún no tiene –a mi juicio- una clara identidad nacional, pero sí se descubren lineamientos discursivos y conceptuales que abarcan desde la materialización, la paleta de colores neutros, las terminaciones y la sobriedad general de los productos.
Hay quienes dicen que contiene una impronta nórdica, yo creo que el diseño uruguayo es como los uruguayos: discreto porque no nos gusta resaltar y estamos acostumbrados a ser pocos; de alta calidad, porque es necesario que el talento haga lo que no puede la masa crítica; humilde pero con gran autoestima; y por sobre todo, consciente de que el esfuerzo y la dedicación nos permite llegar a donde nos propongamos.
Esa sumatoria de virtudes vuelve al diseño nacional no solo competitivo internacionalmente, sino digno de generarnos orgullo.