Los diseñadores reunidos en el desfile Proyectarse decidieron darle un nuevo significado al desfile, ofreciendo una verdadera performance en tres actos.
Victoria Cuadrado, Inner y Cerrito de Indios transformaron el espacio y el ambiente del Fashion Spot, primero creando un escenario circular, cercado por prendas que pendían del techo. Una vez dentro del círculo, la música transportó a los presentes a un rico y delicado bosque nativo, mientras que el olfato sentía el enérgico aroma del eucalipto.
Victoria Cuadrado inició esta presentación con una colección conceptual, titulada 43 Segundos, y una fuerte declaración: demostrando los efectos violencia sobre la misma pasarela. Las modelos, luciendo sus modernos diseños en denim intervenido con teñidos, estampas, manchas y desgastes, caían repentinamente al piso. El espacio se convertía entonces en una escena del crimen, donde la diseñadora dibujaba la silueta del cuerpo con cinta. Una a una fueron pasando las modelos, una a una caían al piso hasta que cada silueta se superpuso en un conjunto de rayas sin forma definida.
De la crudeza se pasó a un ambiente más natural. El centro del escenario vio crecer plantas, que sirvieron de entorno para que los coloridas creaciones de Inner resaltaran. Dentro de este jardín interior las modelos posaron para todas las cámaras que brotaban a su alrededor, utilizando el verde como parte del diseño.
La marca estrenó su colección Lugar Idílico, conformada por prendas en fuertes colores plenos (rosa y coral, amarillo y verde bosque), así como también en cuadros. Con cortes oversized y caídas ligeras, figuras femeninas y cómodas, Inner presentó un gran rango de diseños que buscaron la libertad por sobre todas las cosas.
El bosque nativo revivió luego con Cerrito de Indios, una nueva grifa de diseño sustentable que debutó sus creaciones que unen inspiraciones orientales y gauchescas. En Caraguatá, su primera colección, cada pieza es única, creada a base de tejidos y teñidos naturales, y decoradas con estampas botánicas. Sus diseños incluyeron ponchos, tapados, conjuntos de pantalón y sweater, chalecos y mochilas; el follaje que inspiró a los detalles apareció en forma de tocados en el cabello.
Con Cerrito de Indios la rigidez del desfile se fracturó, dando lugar a una diferente naturalidad: las modelos en vez de caminar corrieron descalzas, y no posaron delicadamente, sino que hicieron deformes muecas a las cámaras.
De la muerte a la resurrección, del denim a los tejidos naturales, Proyectarse ofreció un contundente punto final a la jornada, con tres proyectos que dieron y darán que hablar.
Fuente: www.moweek.com.uy
Fotos: Pazos/Landarín cortesía Moweek